VARIEDADES

«LUCKY STAR» Y LA TAPA QUE NO FUE


UN PRIMER PROYECTO PARA EL DISCO DEBUT DE MADONNA QUE QUEDÓ DESCARTADO ANTES DE VER LA LUZ


ABRIL 1983

Los proyectos seguían en marcha, Reggie Lucas permanecía en el estudio de grabación realizando las mezclas de los temas que compondrían el primer disco de Madonna y era el momento entonces de comenzar a preparar el arte y el diseño del mismo. Como sucedía muy a menudo en todos los proyectos de Madonna durante sus primeros años, ella siempre se las arreglaba para que sus amigos formaran parte de cada trabajo. Fue así como convenció a la Sire de que quería que “su” equipo realizara la tapa del disco.

Martin Burgoyne ultimando detalles para la sesión de fotos

Para el arte y el diseño se volvió a escoger a Martin Burgoyne, quien ya había realilzado la tapa del sencillo “Burning up”. Fue Martin, quien llevó a Maripol para que fuera la estilista de la sesión de fotos y Maripol llevó a su marido, Edo Bertoglio, quien era fotógrafo y director de cine y estaba muy inmiscuido en la escena under-punk de aquel lado bajo de Manhattan. Y como no podía ser de otra manera el maquillaje estuvo a cargo de su gran amiga Debi Mazar.

La serie de fotografías realizadas por Bertoglio eran muy sensuales al estilo Hollywood de los años 30s. Se ve a Madonna con una melena corta con tintes cobrizos posando semidesnuda cubierta solamente con una sábana de seda blanca. Las poses son muy sugerentes y la iluminación se basa únicamente en un gran halo de luz blanca ubicado detrás de ella, que recorta de una manera casi erótica el contorno de su cuerpo. Para la tapa se había elegido un primer plano del rostro de Madonna y para la contratapa una foto de medio cuerpo, en donde Madonna se de perfil completo a la cámara y arrodillada, sus manos descansan suavemente sobre sus piernas y su espalda arqueada se delinea perfectamente sobre la luz.

Las fotografías eran (son) muy buenas, de un extremo buen gusto que emanan sensualidad y sexualidad. Debi Mazar realizó un maquillaje jugado, labios muy rojos y sombra de ojos en colores amarillo y verde intenso. Maripol aportó unos aretes en forma de argolla de oro. Martin Burgoyne realizó la intervención de la fotografía manteniendo los colores del maquillaje y reforzándolos con pintura.

El producto final en sí, no es malo, teniendo un aspecto antiguo o “vintage”, tal vez esa era la idea de lo “vintage” para el inicio de la década de los 80s.  Se comenzaron a imprimir las copias y el disco se editó con el número de catálogo WBC 1567; la etiqueta del disco era blanca con el gran logo de la Warner en rojo en la parte superior, lo que denota que fue previo a la salida de los disco con la etiqueta típica de la Sire amarillo y azul. Tal vez, no fue buena la elección de la tipografía en donde se lee “MADONNA” en mayúsculas en la parte superior izquierda y el título del disco “Lucky Star” en una tipografía tipo manuscrita en la parte inferior.

Por razones desconocidas el producto no gustó a la compañía que decidió darlo de baja y comenzar nuevamente con el proyecto. De apuro se escogió al fotógrafo Gary Heery y Madonna volvió a realizar la sesión de fotos para obtener el producto final que vemos hoy. En la actualidad se cree que al menos de cinco copias de esta primerísima y muy rara edición del disco se encuentran en manos de coleccionistas. Esto es lo que Edo Bertgolio recuerda de aquel proyecto: «No lo recuerdo con exactitud, pero sin duda la fotografié en 1983 para lo que se suponía que sería la portada. Le tomé fotos de espaldas al descubierto sobre un fondo negro, un material muy brillante. La marca vio las fotos, me las pagó según lo acordado, pero luego decidió no usarlas porque, en sus propias palabras, ‘parece un anuncio de un perfume francés’. En cambio, decidieron reposicionar a Madonna en el mercado adolescente, o mejor dicho, en el de las adolescentes. Cuando veo en qué se ha convertido ahora, en esta diva estratosférica y estelar, mientras que por aquel entonces era una niña siempre en movimiento… no sé, me produce un efecto extraño. En cierto modo, Madonna es la personificación del sueño americano».


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