JUNIO 1983

El segundo set fotográfico que Richard Corman tomó a Madonna fue algunas semanas después que el primero. En esta ocasión era para el casting de una película inspirada en la «Cenicienta». Esto recuerda el fotógrafo: «La sesión con las polaroids vinieron un poco más tarde cuando mi madre estaba desarrollando un musical basado en «La Cenicienta». Madonna estaba en el departamento de su hermano y yo necesitaba enviar fotografías de prueba a Warner Bros ASAP. En ese entonces no hacíamos nada digital ni teníamos iphones, sólo usábamos polaroids. Así que tomé aproximadamente unas 70 fotos. Armamos un libro con el libreto y el elenco. Michael Jackson o Prince serían el Príncipe de «La Cenicienta» y Aretha Franklin interpretaría a la malvada madrastra. El proyecto nunca se realizó y el libreto y las fotografías estuvieron, perdidas por casi 30 años… Si hoy quisiéramos hacer eso, tendríamos a 30 personas en la habitación con nosotros. Pero en ese momento éramos solo ella y yo. Tan sencillo. Ella era tan accesible, divertida y sexy. Era tan cool y tenía un gran carisma. Comenzamos a tomar las fotos. Ella comenzó a barrer el departamento como si fuera Cenicienta para luego prepararse para el baile. Entonces ella salió del departamento y como a las dos horas regresa con un vestido que había conseguido en una tienda de antigüedades, creo que por 6 dólares. Era fenomenal».

«Ella estaba siempre en control. Sabía exactamente lo que quería y como lo quería. Esa misma noche, ella se reúne conmigo y mis padres en un exclusivo restorán del Upper West Side donde todos los artistas de New York solían frecuentar. Ella entró y detuvo el tráfico. Nadie lucía como ella. Era una visionaria y ciertamente 100% original. En ese lugar se encontró con Robert DeNiro; al finalizar la cena le pidió a DeNiro que la acercara en su taxi hasta el Harlem donde tenía que dar un show. El actor se excuso diciéndole que no podía ser visto con ella, él era algo tímido e introvertido. Pero ella tomó su mano y se metió en el taxi con él. Ella era tan segura de si misma y tan determinada. No soy fundamentalmente un fan de Madonna. Pero ciertamente soy un fan de su determinación, su espíritu y energía. Las fotos para mí son mucho más relevantes hoy que lo que fueron en ese momento. Ella siempre fue importante, claro. La manera de vestir, su cabello, su maquillaje. Todo sobre su estilo y su onda era muy de avanzada. El jean, los labios rojos, los ojos felinos, las raíces de su cabello oscuras. Todo ella era actual y moderno».