MAYO 1983
Un año antes en que Madonna apareciera en la televisión abierta por primera vez y declara en el programa de Dick Clark, «American Bandstand» que ella «quería dominar al mundo», el fotógrafo Richard Corman hubiera dicho exactamente lo mismo. «Estaré en la cima. Dominaré el mundo. Nada podrá detenerme y pasaré a cualquiera que intente hacerlo». Ese era el mensaje. Más tarde, Richard Corman recuerda como fue la experiencia de aquella primera sesión fotográfica con Madonna: «Cuando la conocí por primera vez y fui a su departamento en el n°232 de la calle 4 del Lower East Side, tuve que llamarla de un teléfono público en frente a su edificio y ella tuvo que marcarme el camino porque era un vecindario que estaba lleno de pandilleros y traficantes de drogas y no dejaban que la gente entre y salga así nada mas. Ellos la protegían. ‘Richard no puedes venir a mi departamento sin antes avisarme así le advierto a los chicos de abajo’ me dijo. En su edificio había un grupo de adolescentes en la puerta y en los pasillos y cuando dije que venía a ver a Madonna fue como si los mares se abrieran. Miré hacia arriba en la escalera y vi a esta chica tendida sobre la baranda y aún desde tres pisos más abajo pude ver esos ojos felinos mirándome. Supe en ese momento que ella tenía algo especial. Ella estaba con su mejor amigo de entonces, Martin Burgoyne, quien luego moriría de SIDA, nos sentamos y comenzamos a hablar. Madonna me sirvió una taza de café expresso y tres piezas de goma de mascar ‘Bazzoka’ en una pequeña bandejita de plata».

SET 01: «CAFE EXPRESSO Y GOMA DE MASCAR»
«Creo que esta fue la primer foto que saque de ella. A su izquierda, había una pequeña mesita de madera y una kitchenette con dos sillas. Ella me sirvió un café expreso y goma de mascar en una bandejita de plata. Nos sentamos ahí y empezamos a hablar. Entonces dije: comencemos. Ella se levantó y simplemente se apoyo sobre la cocina. No existe nadie que pueda recostarse sobre una cocina como ella. Esos ojos, el lenguaje corporal. Había tanta sensualidad. Era juguetona e inteligente. Era absolutamente ella».





SET 02: «LÍDER DEL TEJADO»
«Otra de las cosas que adoraba de ella en ese tiempo, es que ella era la líder de la pandilla del vecindario. Ella se reunía todos los días con los muchachos del edificio. Subían a la azotea y bailaban y cantaban con ella. En algún punto, no sé si ella lo hacía de manera intencional: realmente ella les estaba dejando algo a esos chicos. Es este el momento en donde ella reía, con el estéreo y la música fuerte y los chicos bailando break dance. Lo estaban pasando genial.».

«Madonna era la jefa del vecindario. La gente iba a su casa y se reunían a comer piza. Cuando ella caminaba y todos la seguían a su alrededor. Recuerdo que subimos al techo de su edificio junto a todos esos chicos. Madonna encendió su estéreo y puso un tema de ella, no recuerdo cual; y todos los chicos comenzaron a bailar y cantar inmediatamente. Era notable. Ella estaba tan viva y para nada pretenciosa. Tomé varias fotos de ellos. Los chicos la adoraban, la trataban como a una hermana mayor y la llamaba ‘flaca’, así en español».


«Eso es lo que ella hacía, yo me había convertido en un voyeur. Creo que ella estaba inspirada por esos chicos y ellos por Madonna. Los adoraba. Desafortunadamente me enteré que todos esos chicos han muerto excepto uno. Ellos pensaban que Madonna era cool, ella era hermosa, talentosa, divertida. Solo Dios sabe como eran sus casas, muchos de ellos vivían en el edificio. Esto era como un descanso en el duro día que seguro les tocaba vivir a esos chicos. Quien sabe de verdad como eran sus vidas. Claramente, había un gran respeto y alegría entre ellos».






De estos cinco niños, el único sobreviviente fue Lamont Clarke, el niño negro a quien se lo ve en las fotografías con una remera colorada. Clarke se encuentra actualemte en prisión por robo y dio en 2014 una entrevista al «New York Post» luego de la publicación de las fotografías. Puedes ver la nota a Clarke aqui!

SET 03: «REINA DEL VENCINDARIO»
«Bajamos desde la azotea del edificio y caminamos por las calles. Solo éramos Madonna y yo. Si quisiéramos hacer eso ahora, seguramente tendríamos a 40 personas alrededor nuestro. El Lower East Side, en esa época era un gueto. Estaba en ruinas, decadente. Era la yuxtaposición perfecta para ella y su belleza y con ella encontramos la luz».

















«No había barreras que nos pudieran prevenir de entrar en este clima… Encontramos afuera, esta pequeña silla de escuela. Ella solo fue y se sentó en ella. De nuevo, esa mirada, esos ojos, esa confianza y salvaje sexualidad que casi está por saltar fuera de la fotografía. Esta siempre allí. Siempre tuvo que ver con sus ojos y su lenguaje corporal».



«Esta era un sofá de terciopelo rojo que alguien había dejado como basura. Le pregunté si podía recostarse sobre ella. No sé porque lo hice, me parecía muy ridículo. Pero ella lo hizo una vez mas. Inmediatamente se apropió del sillón como si fuera su trono. Era divertida y espontánea. Era todo ella”.




«Era una locura. Estábamos literalmente a un par de calles de donde ella vivía. Caminábamos a través del Lower East Side y llegamos a esta casa de retiro de ancianos. Encontramos este grupo de personas sentadas en un banco, y ella camina hacia ellos y se sienta y se acomoda entre dos ancianos. Ellos quedaron mudos. todos quedamos mudos. Nadie decía ni una palabra. Ellos no tenían idea de quien era esta joven. Pensaron que era un extraño y hermoso extraterrestre».



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