A principios de 1985 Madonna dijo: “este será mi año” y la verdad, es que no se equivocaba. Ese año, la cantante se convertiría en un suceso y terminaría de consolidar su imagen como una de las nuevas figuras de la música pop. Con uno de los discos más vendidos a nivel mundial, el multi-platino “Like a Virgin”, Madonna demostró que no era sólo un numerito pasajero en la música bailable. Sus discos eran éxitos tanto en las radios como en las pistas de bailes, había sido protagonista de una de las películas más taquilleras de 1985, “Buscando Desesperadamente a Susan” y la balada “Crazy for You”, de otro film en el que había participado “Vision Quest”, le abrió las puertas a los Charts de la música para adultos y llegó a ser otro N°1 destronando al imbatible “We are the World”. La joven dio el gran salto a nivel de actuaciones en vivo con su exitosísima primera gira nacional “The Virgin Tour”, la cual batió récords de ventas en cada una de las ciudades que visitó. Estados Unidos se vio invadida por un ejército de adolescentes y jóvenes que se vestían, lucían y actuaban como Madonna, las “wannabes”; esto llevó a que las grandes tiendas crearan una línea de ropa con el estilo de la cantante la cual tuvo un éxito impresionante. En 1985 la «Madonnamanía» estaba en todo su esplendor.
Madonna era la persona del momento. Estaba en todos lados, en las radios, en los cines, en los estadios, en los clubes y discotecas y todos los diarios, revistas y publicaciones. La joven era la sensación del momento, no sólo por sus logros a nivel profesional, sino también por su vida personal. Su relación con uno de los actores jóvenes más solicitados de Hollywood, Sean Penn, era el deleite para la prensa y los paparazzis. Todo esto llegó a su punto máximo cuando en agosto de 1985, Madonna y Sean Penn contraen matrimonio luego de un breve romance de algunos meses. Aquella boda dio todo lo que se pedía, escándalo, polémica y mucho material para la prensa amarilla. Tratándose de Madonna, la discreción no era algo esperable.
Si bien después de su accidentada boda, Madonna trató de apartarse un poco de la exposición pública para poder disfrutar con privacidad sus primeros meses de recién casada, esto no fue posible debido a que cada paso, cada salida, cada movimiento que la pareja realizaba, se veían rodeados de una docena de fotógrafos, reporteros y periodistas que se disputaban una palabra, una mirada o una imagen de la flamante pareja. Los problemas no tardaron en llegar ya que el retraído y hosco Sean Penn detestaba verse rodeado por paparazzis en cada uno de sus movimientos y su carácter explosivo y hasta por momentos violento, lo llevaba a generar peleas y agresiones hacia la prensa en casi todas las ocasiones. Madonna sólo miraba asombrada. Esto comenzó a fracturar un poco la relación entre ambos, ya que para Madonna la prensa y la exposición era todo. Para ella no había cosa más importante que la publicidad; mientras que Penn pensaba todo lo contrario. Las discusiones entre ambos comenzaron a ser cosa de todos los días.
Para finales de 1985, Madonna recluida en su mansión de Malibú, decide comenzar a enfocar sus energías en su carrera profesional. Era momento de avanzar y de seguir hacia adelante. Fue así como surgieron dos proyectos, uno musical y otro cinematográfico. Con respecto a la música, Madonna había pedido que su amigo y gran colaborador Stephen Bray se mudara con ella a Malibú para comenzar a componer nuevo material para su próximo disco; de la misma manera, pidió ayuda al tecladista y compositor Patrick Leonard, quien había participado como Director Musical de “The Virgin Tour”. Durante la gira, Madonna y Leonard ya habían comenzado a trabajar en algunos demos de canciones que podrían usarse más adelante como por ejemplo “Love Makes the World Go Round”, la cual fue presentada en vivo (por única vez) en los conciertos “Live Aid”.
El trío compuesto por Madonna, Bray y Leonard, se había consolidado muy bien y trabajaban cómodamente en lo que respecta a la composición de las canciones. Para este tercer álbum, Madonna había decidido que ella formaría parte integral de la producción y tendría voz y voto en cada una de las decisiones que se tomarían con respecto a su música, cosa que no gustó mucho en la Sire. La compañía quería por ejemplo, que el disco tuviera la producción de nombres conocidos y establecidos en la materia, sin embargo, Madonna se negó rotundamente y luchó para que la producción musical quedara a cargo de sus dos amigos Stephen Bray y Patrick Leonard y ella, por supuesto.
Por otro lado, para diciembre de 1985 a Madonna le llega el proyecto de una película en la que sería protagonista, “Shangai Surprise”. El productor serían el mismísimo ex Beatle John Harrison y la dirección estaba a cargo de Jim Goddard. Esta comedia romántica se basaba en las aventuras de una bella misionera americana y un delincuente de poca monta, que se veían inmiscuidos en la búsqueda de un cargamento de opio desaparecido para ser utilizado con fines medicinales. Ambos jóvenes deben enfrentarse a una serie de situaciones e interactuar con una variedad de personajes de los bajos fondos del Shangai de 1937. El guión parecía tentador y Madonna se entusiasmó de inmediato. Si bien con su película previa había tenido bastante éxito, no dejaba de pensar de que ella había sido la co-protagonista y que la verdadera estrella del film había sido en primer lugar, Rosanna Arquette (más allá de que esta situación se revertiría luego del estreno). Con “Shangai Surprise” Madonna tenía en sus manos una película en la que ella era la protagonista principal y también veía la posibilidad de establecerse como una estrella de la pantalla grande. El mundo de la música ya lo había conquistado, ahora quería ir por el cine. Luego de varias idas y vueltas, Madonna logra convencer a su marido Sean Penn para que tomara el protagónico masculino. ¿Qué mejor opción que su marido, un reconocido y establecido actor de Hollywdood la acompañara en este proyecto?. Madonna sólo podía ver un éxito arrollador: una gran productora, un film de época con un argumento sólido, escenarios exóticos y una de las parejas más buscadas por la prensa del momento, protagonizando una comedia romántica. Nada podía fallar.
El 8 de enero de 1986, Madonna, Sean Penn y Christopher Ciccone, se embarcan hacia China para comenzar el rodaje del film el que se llevaría a cabo en las ciudades de Macao y Hong Kong. Las cosas no fueron fáciles. Madonna no era para nada conocida en la pequeña ciudad de Macao en donde los habitantes veían como una invasión a este grupo de locos americanos que se pavoneaban con sus cámaras y equipos por todo el pueblo. Durante su estadía en China, WEA Hong Kong entrega a Madonna el «Disco Doble Platino» por las ventas de «Like a Virgin».
Los problemas no tardaron en llegar, ya que Sean Penn se había dispuesto a discutir y a oponerse a cada decisión que tomaba el director y la productora. El clima de trabajo era tenso, incómodo y violento, sumado a las malas condiciones climáticas y de vida que les tocaba atravesar en aquel pueblo perdido de China. Todo esto comenzó a mostrar que las cosas tal vez no saldrían tan bien como Madonna lo esperaba. El tiempo que estuvieron en aquel exótico destino, fue caótico y los rumores de que el proyecto estaba por fracasar sin ni siquiera haber terminado eran cada vez más fuertes. Al regreso a Londres en febrero, Madonna y el productor George Harrison se vieron obligados a dar una conferencia de prensa para aplacar los rumores que sobrevolaban el proyecto. Las filmaciones continuaron con un poco más de calma en la ciudad de Londres hasta marzo.
Simultáneamente a las filmaciones, Madonna trabaja a distancia con Patrick Leonard en la composición de canciones para su nuevo disco. De todas maneras su presencia en los charts no había dejado de ser permanente ya que no sólo los sencillos de “Like a Virgin” seguían manteniéndola vigente en las radios, sino que los hits de su primer discos se re-editaban y continuaban cosechando éxitos, tal es el caso de “Borderline” que lanzado por primera vez en febrero de 1984, se re-edita en Inglaterra, en febrero de 1986 y alcanza el puesto N°2 en dicho país. A nivel musical, Madonna se estaba volviendo cada vez más fuerte. Una de las primeras canciones que finalizó junto a Patrick Leonard para su nuevo disco, fue la balada “Live to Tell”. Esta canción sería cedida por Madonna para que formara parte de la banda sonora del film “At Close Range” protagonizada por Sean Penn y Christopher Walken. El film, estrenado en abril de 1986 fue un éxito y la canción principal interpretada por Madonna llegó a ser otro gran N°1 tanto en Billboard HOT100 como en el Adult Contemporary Chart.
Si bien, ya se podía vislumbrar la nueva imagen de Madonna, con el video de “Live to Tell” se pudo ver en todo su esplendor aquel impresionante cambio look. Fue tan dramático y drástico el cambio de imagen que todos los titulares comenzaron a llamarla la “nueva Madonna”. Esta vez, vemos a una Madonna más madura, con una larga cabellera rubia y con un peinado estilo años 40, se había despojado de las cruces, los rosarios y las pulseras de plástico, había bajado el tono de su maquillaje y su ropa era clásica y hasta un tanto conservadora. Madonna quería cambiar su imagen, quería dejar de ser la joven que usaba millones de baratijas como bijoterie y convertirse una mujer sofisticada y elegante, emulando a sus grandes ídolos de la época de Oro de Hollywood. Este brutal cambio de estilo en Madonna puso fin al período de las “wannabes”, las que lentamente comenzaron a guardar sus guantes de encajes y cintas para el cabello, de repente las pulseras de goma ya no era furor y la diseñadora Maripol, quien había sido la responsable de haber generado aquel estilo y comenzó a disminuir sus ventas y entró en bancarrota en poco tiempo.
“Shangai Surprise” se encontraba en período de post-producción y Madonna podía enfocarse de lleno a finalizar su tercer disco. Junto a Bray y Leonard habían podido recolectar una cantidad de canciones que formarían parte de su nueva producción musical, entre ellas la balada “Live to Tell” y “Love Makes the World Go Round”, sin embargo, otros temas potentes y energéticos estaban listos para salir a probarse en las pistas, “Papa Don’t Preach”; “Open Your Heart”, “True Blue” entre otros. El disco estaba proyectado para ser lanzado a fines de junio de 1986 y se titularía “True Blue”. Básicamente estaba plagado de canciones de amor y la principal fuente de inspiración fue obviamente Sean Penn. Según Stephen Bray, Madonna compone en base a lo que siente en ese momento, si está enamorada compondrá canciones de amor, si está con el corazón roto, entonces los temas tendrán otro tono. En este caso, Madonna estaba muy enamorada de su marido y todas las canciones tenían ese espíritu. “True Blue” fue lanzado oficialmente a nivel mundial el 30 de junio de 1986 y fue un éxito masivo e inmediato convirtiéndose en N°1 en más de 28 países y siendo el disco más vendido de la década por una solista femenina.
Igualmente, no hay éxito sin algún sinsabor. Las cosas con Sean Penn no eran fáciles. El actor parecía mostrarse cada vez intolerante y violento hacia la prensa, sus peleas, sus agresiones y sus arrojos de ira hacia los periodistas y los paparazzis se habían convertido en cosa de todos los días. Todo esto ocurría cuando Madonna a su lado solo se limitaba a caminar con la mirada baja como si nada estuviera sucediendo. Debido a esto, aquel apodo con el que la prensa comenzó a nombrarlos el año previo, “los venenosos Penn” comenzó a resonar con mucha más fuerza durante 1986. Madonna ya no toleraba demasiado las crisis de violencia de su marido, lo que no la dejaba disfrutar con total tranquilidad todo el éxito que venía alcanzado con su música. Sin embargo, la joven cantante, no parecía hacer mucho para apaciguar el explosivo carácter de su marido.
DIVINA MADONNA 
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