1978 – New York; USA
Si nombramos a Lee Friedlander, lo primero que se nos viene a la cabeza son sus fotografías callejeras, donde sus encuadres abigarrados y confusos, que juegan con la visión formal del espectador, han sido una de las aportaciones más originales a la fotografía del siglo XX. Una ruptura con el orden clásico de la composición, y una forma de abordar el paisaje urbano norteamericano, que, aunque de indudable calado y repercusión, es sólo una de las ramificaciones de una obra muy amplia.

Fotógrafo estadounidense nacido el 14 de julio de 1934, realizó estudios de fotografía en el Art Center School entre 1953 y 1955, al año siguiente se trasladó a Nueva York y estuvo trabajando en portadas de discos de música de jazz. Su primera exposición monográfica la realizó en la George Eastman House de Rochester en 1963 en la que ya empezaba a explorar el paisaje urbano y a proporcionar un nuevo sentido a la fotografía documental. A partir de la década del 70, Friedlander comenzó a incursionar en el desnudo inspirado por fotógrafos clásicos como Edward Weston y Bill Brandt. En sus desnudos las mujeres son colocadas en poses mundanas y escenarios cotidianos, y se muestran reconocibles, reales, sin adornos, radicando precisamente en todo ello la originalidad de esta serie de imágenes.
Para fines de 1978, Lee Friedlander le solicita a su amigo personal el artista plástico Anthony Panzera, si tenía alguna buena modelo para recomendarle. Friedlander buscaba chicas diferentes y con looks poco convencionales para sus fotografías y es así como Panzera no dudó en enviarle a Madonna. Con Friedlander Madonna realizó una serie de desnudos explícitos pero bastantes prolijos. Friedlander tenía una manera muy particular de tomar fotografías. No le gustaban los sets muy armados ni las fotos demasiado posadas. El tomada a sus modelos generalmente en sus casas con objetos cotidianos. De manera que sus composiciones eran bastantes crudas. Alfombras, sillones, lámparas, libros, cualquier adminículo de uso cotidiano servía para armar una fotografía. El fondo oscuro y de líneas marcadas y duras, contrastaban con la blancura de la piel de Madonna y sus poses curvilíneas y sus contornos demostraban una seducción innata.






























¡MADONNA A LA VENTA!
Cuando en 1985 Madonna, ya siendo mundialmente famosa estrena la película “Desperately Seeking Susan”, Friedlander llama a su amigo Panzera y le pregunta. “Es ella la misma Madonna?” al oír una respuesta afirmativa, inmediatamente se pone en campaña para vender sus fotografías a la revista “Playboy”. Y el resto es historia.
Con estas publicaciones de los desnudos que Friedlander tomó a Madonna, la serie se hizo famosa y esto llevó al fotógrafo a realizar en 1991 el libro «The Nudes» lanzado por la editorial Jonathan Cape. En esta primera edición (hoy descatalogada) Madonna no aparecía en la tapa del libro pero más tarde, en 2013, se realiza una segunda edición titulada «A Second Look: The Nudes» publicado por Distributed Art Publishers Inc. en donde vemos una fotografía de Madonna en la portada y con el agregado de 84 nuevas fotografías.


Por otro lado, en 2009, la casa de subastas «Christie’s» lanzó a la venta una imagen de Madonna titulada «Nude Madonna 1979». Procedencia de Stacey Sussman, la fotografía es una impresión original en gelatina de plata de 33 x 21,9 cm, firmada por el fotógrafo la cual fue vendida por U$S 15.000.

En 2013, Lee Friedlander organizó junto a la «Galería Pace» de New York su exhibición «Nudes» la cual estuvo vigente entre noviembre y diciembre de dicho año. En la muestra, dentro de todos los demás desnudos, solo se exhibía una única fotografía de Madonna (cuyo original había sido vendida en subasta en «Christie’s»)



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