Si nombramos a Lee Friedlander, lo primero que se nos viene a la cabeza son sus fotografías callejeras, donde sus encuadres abigarrados y confusos, que juegan con la visión formal del espectador, han sido una de las aportaciones más originales a la fotografía del siglo XX. Una ruptura con el orden clásico de la composición, y una forma de abordar el paisaje urbano norteamericano, que, aunque de indudable calado y repercusión, es sólo una de las ramificaciones de una obra muy amplia.
Fotógrafo estadounidense nacido el 14 de julio de 1934, realizó estudios de fotografía en el Art Center School entre 1953 y 1955, al año siguiente se trasladó a Nueva York y estuvo trabajando en portadas de discos de música de jazz. Su primera exposición monográfica la realizó en la George Eastman House de Rochester en 1963 en la que ya empezaba a explorar el paisaje urbano y a proporcionar un nuevo sentido a la fotografía documental. A partir de la década del 70, Friedlander comenzó a incursionar en el desnudo inspirado por fotógrafos clásicos como Edward Weston y Bill Brandt. En sus desnudos las mujeres son colocadas en poses mundanas y escenarios cotidianos, y se muestran reconocibles, reales, sin adornos, radicando precisamente en todo ello la originalidad de esta serie de imágenes.

Para fines de 1978, Lee Friedlander le solicita a su amigo personal el artista plástico Anthony Panzera, si tenía alguna buena modelo para recomendarle. Friedlander buscaba chicas diferentes y con looks poco convencionales para sus fotografías y es así como Panzera no dudó en enviarle a Madonna. Con Friedlander Madonna realizó una serie de desnudos explícitos pero bastantes prolijos. Friedlander tenía una manera muy particular de tomar fotografías. No le gustaban los sets muy armados ni las fotos demasiado posadas. El tomada a sus modelos generalmente en sus casas con objetos cotidianos. De manera que sus composiciones eran bastantes crudas. Alfombras, sillones, lámparas, libros, cualquier adminículo de uso cotidiano servía para armar una fotografía. El fondo oscuro y de líneas marcadas y duras, contrastaban con la blancura de la piel de Madonna y sus poses curvilíneas y sus contornos demostraban una seducción innata.
Cuando en 1985 Madonna, ya siendo mundialmente famosa estrena la película “Desperately Seeking Susan”, Friedlander llama a su amigo Panzera y le pregunta. “Es ella la misma Madonna?” al oír una respuesta afirmativa, inmediatamente se pone en campaña para vender sus fotografías a la revista “Playboy”. Y el resto es historia.
SUBASTAS
En el 2009, la casa de subastas «Christie’s» lanzó a la venta una imagen de Madonna titulada «Nude Madonna 1979». Procedencia de Stacey Sussman, la fotografía es una impresión original en gelatina de plata de 33 x 21,9 cm, firmada por el fotógrafo. La fotografía fue vendida por U$S 15.000.

LIBROS
Con las publicaciones de los desnudos que Friedlander tomó a Madonna, la serie se hizo famosa. Se publicó por primera vez en 1991 por la editorial Jonathan Cape. Esta nueva edición , expande aquella de Cape, hoy descatalogada, con 84 nuevos desnudos; un diseño de Katy Homans y separaciones a cargo de Thomas Palmer. El libro titulado «A Second Look: The Nudes» fue publicado el 31 de marzo de 2013 por la editorial Distributed Art Publishers Inc. Viene en formato tapa dura y consta de 168 páginas.

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