El famoso demo de Madonna, era un casette que contenía cuatro canciones: “Everybody”, “Ain’t no big deal”, “Burning up” y una cuarta canción desconocida pero que se dice que es la versión primitiva de “Stay” (que luego se incluiría en el disco “Like a Virgin” de 1984). Para ese entonces, el lugar de moda era «Dancetería» una inmensa discoteca de cuatro pisos ubicada en el número 30 de la calle 21 Oeste. Allí tocaban todos los días y en turnos rotativos los mejores Djs de la ciudad y los viernes y sábados por la noche era el punto de reunión de todos aquellos que querían ver y ser vistos. El Dj estrella del lugar era Mark Kamins, quien también trabaja como caza-talentos para la compañía Island Records de Chris Blackwell. Un sábado de abril de 1982, Madonna quien era habitué de «Dancetería», se acerca a la cabina donde Kamins estaba pasando música y le entrega su demo. Kamins no se mostró demasiado entusiasmado con el asunto y dejó la cinta para escucharla otro día. Madonna se marchó un poco ofuscada por la situación pero el sábado siguiente volvió al ataque. Interpeló al Dj para que pusiera su demo y lo probara en la pista de baile.

Kamins ya había escuchado el demo y había quedado algo intrigado con una simple pero pegadiza canción llamada “Everybody” y fue así como esa noche, pasó el tema y fue un éxito en la pista. El Dj se había decidido ayudar a esta joven a ser una estrella ya que venía en ella algo profundamente especial; su intuición no lo engañaría. Kamins comienza a presentar el demo en diferentes discográficas, iniciando por Island Records donde él trabajaba, sin embargo la respuesta era siempre la misma: “hay potencial pero le falta algo”. Como última opción, decide hablar con Michael Rosenblatt, quien era director de A&R de la Sire Records, una disquera dependiente de Warner Music quien estaba interesada en comprar nuevos artistas para la compañía. Rosenblatt quedó impactado; no tanto con el tema musical, sino con la actitud de Madonna al conocerla. Él tenía experiencia en reconocer talentos y vio un gran potencial explotable en esta nueva “artista” aún desconocida.


El mismo Rosenblatt recuerda: “Mark Kanins me dijo que tenía a esta chica con un demo y que intentaba pasarla en la pista de baile. El no pasaba demos en el club pero me dijo que la joven esta increíble, así que debía echarle un ojo. Nosotros habíamos firmado con un nuevo grupo llamado Wham!. Un sábado a la noche me encontraba en el segundo piso de Dancetería, junto a George Michael y Andrew Redgeley y veo a una chica que cruza la pista para subir a la cabina de Dj…Supuse que era la joven de la que Kamins me había comentado. Así que subí donde estaban ellos, me presenté y comenzamos a hablar. Ella vino el lunes siguiente y me hizo escuchar el demo. La canción no era increíble; pero esta chica sentada en mi oficina era radiante. Le pregunte: ¿Qué estás buscando?, siempre pregunto eso, y la respuesta equivocada es, “Quiero mostrar mi arte” porque esto es un negocio…y Madonna me respondió: “Quiero dominar el mundo”, con esa respuesta el paso siguiente era firmar su contrato”. Rosenblatt le ofreció a Madonna un contrato por U$S15000 por adelantado por dos sencillos 12”, más U$S1000 en regalías por cada canción que ella escribiera; además de la posibilidad de grabar un LP según el éxtio obtenido y se dispuso a presentarla a Seymour Stein, director de la discográfica.

Madonna estaba más que feliz, al fin se estaba haciendo realidad su sueño. Una discográfica se había fijado en ella y había confiado en su talento y también estaba Mark Kamins, quien había movido cielo y tierra para que eso sucediera. Fue así como Madonna escribe una canción para dedicársela a su nuevo mentor, “Lucky star” que más tarde sería una de las canciones más conocidas de Madonna de la década del 80. Luego de que el demo fuera evaluado por Michael Rosenblatt de la Sire Records, se escogieron dos canciones que formarían el primer sencillo: “Ain’t no Big Deal” como cara A y “Everybody” como cara B. Ahora quedaba decidir quien sería el productor musical que llevaría a cabo el proyecto. Lo lógico hubiera sido que fuese Stephen Bray, ya que había sido él quien colaboró con Madonna tanto para la composición del tema como para la grabación del demo. Sin embargo, Mark Kamins, no estaba dispuesto a dejar que eso sucediera. Si bien Bray había ayudado a la creación del demo, fue Kamins, quien había escuchado la canción, la había pasado en su club y se había puesto en contacto con los ejecutivos musicales para promocionar a Madonna. Sin Kamins, la joven nunca hubiera tenido acceso a la Sire y nunca hubiera llegado a firmar el contrato. Así, que estaba casi más que decidido que sería él, quien produciría la canción. Madonna no tenía demasiada opción y el resultado fue una nueva pelea y ruptura con Bray. Para compensar la situación, Madonna entrega todos los derechos de los temas que había compuesto con Bray hasta entonces, incluido “Ain’t no big deal”; fue por esto que Stephen Bray pudo lanzar su disco independiente “Pre-Madonna” en 1997 con todas estas canciones y demos sin la autorización de la cantante.



Pingback: BIO: “NOCHES DE BOHEMIA” – THE M MAGAZINE